Vivir en conjunto no solo ofrece beneficios como la seguridad privada, las zonas verdes o los espacios compartidos. También implica una serie de derechos y deberes que garantizan la buena convivencia y la protección de los intereses de todos los propietarios.
“La propiedad horizontal se rige por esta ley, la cual establece las normas y regulaciones que deben seguirse para su constitución, administración y funcionamiento”, explica Guerrero.
La propiedad horizontal es un régimen legal que aplica a edificios o conjuntos donde existen unidades privadas (como apartamentos, locales o casas) y áreas comunes (pasillos, ascensores, zonas verdes, parqueaderos o zonas recreativas).
Cada propietario tiene derecho exclusivo sobre su unidad privada, pero al mismo tiempo comparte la copropiedad y responsabilidad de las áreas comunes. Según Katheryne Guerrero, “esto implica que los propietarios comparten los gastos de mantenimiento, limpieza y seguridad de las zonas comunes, además de cumplir con el reglamento interno de convivencia.”
Esta normatividad regula aspectos como el uso de las áreas comunes, los horarios, las cuotas de administración y las reglas para tomar decisiones en asamblea.
A continuación, los principales derechos de los propietarios en una propiedad horizontal, según la Ley 675 y lo explicado por la experta:
Tener la titularidad y el control exclusivo sobre su apartamento o unidad privada dentro del conjunto o edificio.
Utilizar su propiedad y las zonas comunes conforme al reglamento interno y las disposiciones legales.
Hacer mejoras o reformas dentro de su unidad, siempre que no afecten la estructura o estética general del conjunto.
Asistir y votar en las asambleas de copropietarios, donde se definen temas clave de administración, mantenimiento y elección de la junta directiva.
Conocer de manera transparente y oportuna los aspectos financieros, administrativos y legales de la propiedad horizontal.
Presentar recursos cuando alguna decisión de la administración o asamblea vulnere la ley o los reglamentos internos.
Acceder a los espacios y servicios compartidos, como ascensores, parqueaderos, zonas verdes y recreativas.
Reportar incumplimientos o irregularidades por parte de otros residentes o de la administración.
Solicitar y conocer los balances, presupuestos y estados de cuenta de la copropiedad.
Exigir el respeto por su intimidad y bienestar, así como el cumplimiento de las normas de convivencia.
Contar con acceso a agua, gas, energía eléctrica y demás servicios esenciales.
Exigir que las áreas comunes e instalaciones se mantengan en buen estado y seguras para todos los residentes.
Intervenir en las decisiones sobre modificaciones o mejoras estructurales que afecten al conjunto o edificio.
Ser copropietario no se trata solo de pagar una cuota de administración. Es entender que se hace parte de una comunidad, donde los derechos individuales y colectivos deben convivir en equilibrio.
Conocerlos permite participar activamente, exigir transparencia y contribuir a un entorno más seguro, armónico y organizado.
Como recuerda Guerrero, “estos derechos existen para proteger al propietario y asegurar que la comunidad funcione correctamente bajo principios de convivencia y equidad.”
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En definitiva, si eres propietario de un conjunto o edificio, infórmate sobre tus derechos y participa en las decisiones de tu copropiedad. Solo así podrás disfrutar plenamente de tu vivienda y aportar al bienestar común. Ciencuadras, cuadra todo.
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